jueves, 20 de diciembre de 2007

Compré 36 consoladores por no saber decir "no"


CONSULTA #17


Soy soltera, doctora Maiatu, y vivo sola. La verdad, sé que la gente anda como loca buscando pareja, pero yo vivo muy bien así, y no siento que me falte nada. Si sale, sale, pero si no... pues a disfrutar de la vida igual. Bueno, eso era hasta el pasado fin de semana, en que se me ocurrió darme una vuelta por el centro comercial que está al lado de mi casa.


Me fijé en que habían abierto una tienda nueva y entré a curiosear. Era una mezcla de "sex shop" y tienda de regalos "friquis", con mucho paño negro por el techo, muñecos que se movían y pegaban alaridos... muy chula pero no era mi estilo.


En éstas que me doy la vuelta para irme, y que me atrapa el vendedor, interceptándome el paso. Yo empiezo a temblar, como un insecto cogido en una telaraña. Y es que tengo que decirle, doctora Maiatu, que uno de mis mayores defectos es que soy casi incapaz de negarme a algo. Me pasa desde pequeña, que me cuesta muchísimo, y no sé por qué. Para disimular, suelo hacerme la distraída.


Pero este vendedor fue demasiado listo para mí. Todo fue cosa de cinco minutos. Empezó a hablar sin parar, cogió un aparato del estante, y me lo enseñó, y bla, bla, bla... y antes de que me diera cuenta estaba sacando la tarjeta de crédito, y pagando. Dijo que era bueno tener más de uno, por si acaso, y yo asentí hipnotizada. Y le dije que me llevaba todos los que tenía. Pareció un poco sorprendido, pero en seguida me lo cargó en cuenta.


Y me lanzó una bolsa grande.


Yo seguí por el centro comercial adelante como atontada. Tardé cinco minutos en despertar, y entonces eché un vistazo a la bolsa. ¡Y allí estaban, 36 consoladores nuevecitos y listos para entrar en funcionamiento! Corrí al cajero y ví que me había gastado mis ahorros en la compra.


No soy capaz de devolverlos, doctora Maiatu, no me pida eso, seguro que salgo con otro montón de atrocidades si vuelvo a la tienda y me encuentro al mismo vendedor.


Estoy dispuesta a quedarme con los consoladores como castigo a no ser capaz de decir "no", pero me gustaría que me sugiriera algún truco para aprender a negarme en el futuro.


Conchi Peso (Luerca, Zaragoza) (*)



DOCTORA MAIATU: Hummm... tendrías que practicar delante del espejo, y poco a poco... Pero mientras tanto, ¿por qué no me prestas tres mil euros, que tengo mucha urgencia de dinero? Te envío mis datos y cuenta bancaria a tu e-mail. Gracias, Conchi, te los devuelvo en cuanto pueda, eres un cielo.


(*) Estos casos son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia... o debería serlo.

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