martes, 4 de diciembre de 2007

¡Mi marido ha perdido a mi niño al enviarlo a las "vacaciones blancas"!


CONSULTA #9

¡He perdido a mi hijo, doctora, o mejor dicho lo ha perdido el gilipollas de mi marido, que no se entera! Lo que me consuela es que lo tendré de vuelta en casa dentro de una semana, con suerte. ¿Pero mientras tanto debería acudir a la policía, qué cree usted? Porque estoy casi segura de que está bien atendido, donde quiera que esté.

Me estoy liando, lo siento, es que esto es una historia... de las de no dormir. Mi hijito tiene ocho años, aunque parece más pequeño porque es muy tímido. Y mira la de veces que le he dicho yo que tiene que sacar pecho y adelante, hablar y decir lo que piensa. Pues es incapaz; se queda callado, callado, y llega a fundirse con la pared. ¡La de veces que he pasado yo al lado suyo y no le he visto! Es una capacidad que tiene.

A pesar de todo, estaba muy ilusionado con las "vacaciones blancas" que organizaba su colegio para ir a esquiar. Iban a salir de una plaza muy conocida de aquí de Vitoria, y se iban a tirar 15 días aprendiendo a usar los esquís y demás. Yo, como de eso ni papa, pues no le sé decir. Pero siguiendo las indicaciones del colegio, le preparamos un equipaje decente y allá salió mi pobre angelito de casa, por primera vez en su vida de viaje solo, aquella mañana de hace una semana.

Lo iba a llevar mi marido hasta la plaza y el autobús. Y el caso es que ese retrasado (mi marido, no mi hijo, por supuesto) me contó que andaba todo concentrado pensando en un problema del trabajo. A esto se suma que al parecer en la plaza habían coincidido varios autobuses escolares. Todos iban a las "vacaciones blancas", pero a destinos distintos, y también eran de colegios diferentes. Y mi "media naranja", el muy cretino, como tenía prisa por resolver su dichoso problema laboral, embutió a mi hijito en el primer autobús que le pareció y allá se fue tan feliz, sin comprobar si se había equivocado.

Yo en un primer momento tampoco me inquieté. El trago empezó por la noche, cuando llamé al teléfono del albergue donde estaba la clase de mi hijo, y el monitor me preguntó por qué no había enviado al niño. O sea, que no subió en el autobús correcto. O sea, que ahora debe andar por otras pistas de esquí Dios sabe donde, con otros compañeros y monitores que no los conoce de nada, y .... bueno, usted se hace una idea. Aunque pensé en llamar a la policía en aquel momento, el monitor del colegio de mi hijo me tranquilizó y dijo que a lo mejor no era necesario, que en ese otro autobús en seguida se habrían dado cuenta de que llevan un niño de más y desconocido, y que se pondrían en contacto conmigo.

Pero claro, él no conoce a mi hijo Nacho y su capacidad de mimetizarse con el ambiente. Van pasando los días, prácticamente una semana, y silencio. Sé que suena raro, pero no me preocupa que le haya pasado nada, sólo espero que pasen otros pocos días más y vuelva. Todas las mañanas y todas las tardes me acerco a la plaza donde lo dejó el desgraciado de su padre, y miro a ver si coincide que llegue el autobús que me lo devuelva, pero hasta ahora no ha habido suerte. Calculo que si no veo de vuelta a mi hijito en otra semana, voy fijo a la Policía, aunque no me hace mucha gracias, porque de siempre los agentes y demás me han dado mucho respeto y los esquivo cuando puedo. No es que yo sea mala gente ni tenga nada que ocultar, qué va, aquí somos una familia tan decente como la que más, pero no me gusta andar con denuncias y tal y cual si puedo evitarlo. ¿Le parece que estoy obrando correctamente, doctora Maiatu?
Carmen Ungunzu (Vitoria)
(*)
DOCTORA MAIATU:
Eres de lo que no hay, Carmen. Tan madraza por un lado, y tan despreocupada por el otro. Y tu hijo ha salido a ti, seguro... porque a los ocho años ya podría haber avisado a los monitores de que anda por el mundo "equivocao". Pero esa capacidad de mimetizarse, si lo recuperas, haz porque la cultive, que no sabes lo que le va a valer en las reuniones encrespadas de la oficina cuando sea mayor... o cuando le pillen en jaque... o siempre, que ya se sabe que la vida es muy complicada casi todo el tiempo. Y entre tanto no vuelve... ¡¿qué haces que no has presentado esa denuncia en Jefatura corriendo de que te ha desaparecido tu hijo?!

Por muy tranquila que éstes sabiendo que todo lo más está en otra excursión escolar, y que no se lo ha llevado ningún desaprensivo, la Policía tendrá que confirmarlo. Y como sigas retrasando la denuncia, van a empezar a sospechar de ti, y cualquiera les explica ese razonamiento maternal que te has montado para no avisar desde un primer momento que has perdido a tu hijo. Que nooo lo van a entender, te lo digo yo, Carmen, ni ellos ni casi nadie.

En cuanto tengas a Nachito en casa, hala, de regalo un bonito móvil al niño, que aprenda a usarlo y que se mantenga comunicado cada tres horas más o menos. No sé si decirte que le insertes un chip localizador detrás de la oreja, pero creo que eso sería pasarme yo también. Buena suerte, chica, y que pronto esté la familia reunida una vez más. Si los casos que pasan por este consultorio son para dar de comer aparte... :-P
(*) Estos casos son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia... o debería serlo.

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